Hola soy Vanessa Pena ,con 31 años sufrí un cáncer de mamá el cuál coincidió con mi primer embarazo. Estaba embarazada de 27 semanas y una noche me encontré un bultito en mi pecho, quería pensar de manera diferente, pero sabía que algo no estaba bien. Con mucha rapidez por parte del equipo médico días después se confirmó la noticia y empezamos el tratamiento. La noticia de que tienes cáncer cae como una bomba en tu vida y lo paraliza absolutamente todo. El miedo a morir te invade todos los días, y más si estás embarazada. No me lo creía, toqué fondo una semana, luego me dije: no dramas, no quiero que mi hijo perciba esta tristeza y angustia. Pensar en él me hizo cambiar el chip absolutamente. Tod@s somos más fuertes de lo que creemos y esa situación límite sacó toda esa fuerza interior que no sabía ni que tenía. Estaba embarazada antes que enferma. El cáncer arrasa con todo, y bajo mi experiencia personal es muy importante que tengas un buen entorno. Yo tuve el mejor (pareja, familia, amigos y profesionales). Me quedo con lo positivo y es que me he encontrado con profesionales sanitarios que me han dado un apoyo importantísimo. Me gustaría mencionar especialmente a LOLA, un pilar fundamental durante y después de mi tratamiento. En Escuela de Mamás ISA, no solo me trata a nivel físico dando un desahogo a mis numerosos dolores de cuerpo, sino que, con su ayuda voy poco a poco recomponiendo mi mente. Me miman, me cuidan, me escuchan, algo imprescindible en esta situación. Es importante que hablemos sin tabúes, de como el cáncer afecta a todos y cada uno de los aspectos de tu vida personal, sexual, fuertes dolores, incapacidad… Para mí la fisioterapia ha sido una parte fundamental en todo el proceso, porque me ayudó a sentirme mejor y sobrellevar los efectos que el cáncer causó en mi cuerpo. La fisioterapia ha mejorado mi calidad de vida, y seguiré por mucho tiempo al lado de Escuela de mamás. A lo largo de mi tratamiento eché en falta información, los tratamientos son duros y devastadores, y parece que no tienen remedio, pero cuando te tratan con todo el cariño, masajes, estiramientos, suelo pélvico (porque todo lo que pasa ahí abajo es tremendo…), ejercicios, etc…Todo se lleva un poquito mejor. Hagamos una gran comunidad, ayudemos a quién lo necesite, creo que hay un gran desconocimiento de lo que pueden aportar los fisioterapeutas a la calidad de vida de los enfermos, pero aportan un poco de calma en medio de la tempestad. Si conoces a alguien que este sufriendo esta enfermedad, hazle la compra, acompáñala, cógele la mano ,escúchala, porque vivir un cáncer es una desvirtualización brutal, es tener dolor físico y mental, es tener miedo a la muerte. Cuida tu cuerpo y tú alma para sanar, para sentirte mejor. Por eso aprovecho a pedirte que revises tu cuerpo, acudas a revisión con tu ginecólogo, porque yo tampoco pensé que viviría un cáncer. A pesar de que hay un antes y un después, sigo siendo una soñadora que se ilusiona con las pequeñas cosas, quiere más que nunca a los suyos y ve la vida de una manera diferente. Tengo ganas de vivir y nuevos retos para avanzar cada día a nivel tanto personal como profesional. Estoy en proceso de aceptación de un nuevo yo y trabajando por mi sanación mental. El mensaje más importante que puedo lanzar es que se puede, es que tenemos fuerzas que ni conocemos. Hoy disfruto viendo la sonrisa de mi hijo a diario y rodeada de mi gente. Ellos son la mejor arma que he tenido en esta dura batalla. Con todo mi amor Vanessa.